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En los talleres ¡Gran Demo! enseñamos a convertir una demostración en una serie de "trozos" consumibles. Cada trozo necesita una introducción, un cuerpo y un resumen.
Aristóteles lo sugirió por primera vez hace unos 2350 años: "Diles lo que vas a decirles, díselo y luego diles lo que les has dicho...".
Esta es una práctica antigua y muy exitosa para muchas formas de comunicación humana. Una gran analogía puede encontrarse en una construcción igualmente antigua llamada estantería (¿recuerdas los libros físicos?) con sujetalibros...
¿Para qué sirven los sujetalibros? Evitan que los libros de los extremos izquierdo y derecho de la estantería se caigan a espacios abiertos. Piensa en el principio y el final de tus segmentos de demostración como sujetalibros. El de la izquierda es la introducción y el de la derecha, el resumen. Te ayudarán a evitar que tu segmento se desparrame por toda la estantería.
La fragmentación también puede describirse con algunas analogías, por ejemplo:
- "¿Cómo se come un elefante? De bocado en bocado..." (Nota: NO lo intentes, sobre todo con un elefante vivo).
- ¿Una tableta de chocolate grande? Rómpela en trozos (y compártela, por favor).
- Listas: a menudo nos organizamos por temas; las listas de la compra pueden organizarse por secciones (verduras, lácteos, conservas, carne, marisco, etc.).
- Salchicha: a menudo se fabrica, inicialmente, como un solo tubo largo, que luego se trocea en salchichas individuales; que luego se cortan en trozos al comerlas. (Me encantan las salchichas, pero no quiero saber cómo se hacen...).
- Organizar las cosas: categorizamos para ayudarnos a gestionar nuestras vidas. Por ejemplo, tenemos habitaciones para actividades específicas (cocina, dormitorio, baño, salón, etc.). Clasificamos nuestras posesiones y actividades en función de estos espacios.
Aplique estas mismas ideas al maravilloso mundo de las demostraciones y disfrute de una comunicación más nítida y clara (¡y con más éxito!).